
Hace unos diez años, los ordenadores portátiles fueron sustituyendo progresivamente a los de mesa, mientras que hoy en día son las tabletas y los teléfonos inteligentes los que están desbancado a los portátiles, convirtiéndose en la primera opción entre los dispositivos móviles. En poco tiempo han pasado de ser curiosas novedades a convertirse en productos de hardware imprescindibles en nuestro quehacer diario: para apuntar citas, administrar la economía doméstica, realizar consultas allá donde estemos, escuchar música, jugar, ver nuestras series favoritas… todo ello mientras estamos en contacto con nuestra familia y amigos. Además de estas funciones básicas, los teléfonos inteligentes y las tabletas también ofrecen a los usuarios cantidad de aplicaciones prácticas (e incluso creativas, podríamos decir) con los usos más variados. Las aplicaciones de traducción probablemente pertenezcan al primer grupo. Y es que los dispositivos móviles han contribuido de forma efectiva en los grandes avances que han experimentado las tecnologías de la traducción. Hace unos cuantos años, cuando los usuarios alimentaban los programas de traducción de sus ordenadores con frases en otros idiomas, las propuestas de traducción que recibían solían reducirse a un críptico listado de cifras y letras. Hoy en día podemos llevar nuestros dispositivos móviles a todas partes y tener acceso a traducciones de palabras o frases simplemente hablándole al teléfono, grabando sonidos o cargando una foto con palabras en una lengua extranjera. Sin embargo, hay una cuestión pendiente: ¿ha mejorado la calidad de las traducciones gracias a los teléfonos inteligentes o al final los resultados siguen siendo tan confusos como los del antiguo PC a pesar de los avances?
A continuación se muestra un listado con las principales aplicaciones de traducción para dispositivos portátiles y su utilidad práctica:
iTranslate: esta aplicación de nombre tan acertado posee diversas funciones y ofrece múltiples opciones a la hora de traducir como, por ejemplo, hablándole al dispositivo mediante el sistema de reconocimiento de voz integrado. La aplicación reconoce incluso dialectos regionales.
Google Translate: Google puede traducir texto escrito a más de 60 idiomas diferentes y realizar traducciones de grabaciones de voz a 15 idiomas, lo que convierte a esta herramienta en una de las aplicaciones más populares y multifacéticas.
Word Lens: esta aplicación permite la traducción de texto escrito y hablado. Como peculiaridad, ofrece la posibilidad de cargar imágenes para analizarlas y así traducir los fragmentos de texto que aparezcan, aunque de momento la aplicación solo soporta 24 idiomas.
Translate Professional: si bien las funciones de la versión gratuita son bastante limitadas, sus diversos complementos (que van desde el reconocimiento de voz hasta un manual de conversación offline) hacen que esta aplicación resulte una herramienta útil para traducir y aprender idiomas.
Conclusión: existen numerosas aplicaciones para dispositivos móviles relacionadas con los idiomas y la traducción, cada una con un enfoque ligeramente distinto en cuanto a soluciones de traducción portátiles se refiere. Muchos de los programas incluyen presentaciones de gran utilidad que pueden ayudar a los viajeros a desenvolverse en un país extranjero y que garantizan una competencia lingüística a nivel básico. No obstante, al igual que ocurre con los programas de traducción asistida por ordenador, aquí también nos encontramos con limitaciones. Uno de los mayores problemas que presentan los programas de traducción electrónicos es que no son capaces de interpretar correctamente las expresiones coloquiales, de identificar ambigüedades o matices de significado, ni de ordenar las palabras de forma coherente para que se puedan comprender de forma óptima. Por este motivo, las aplicaciones relacionadas con la traducción pueden resultar útiles en aquellas situaciones en las que entender algo sea importante pero no esencial, como puede ser cuando estamos de viaje o en conversaciones informales. Es decir, que son adecuadas para los usuarios que desean reservar un hotel en otro país, preguntar por una dirección o pedir en un restaurante. Pero en situaciones en las que resulta vital un uso del idioma específico y correcto (como, por ejemplo, durante una negociación comercial o en un contexto jurídico), estas aplicaciones resultan poco oportunas. No intente nunca traducir un texto técnico, ya sea un contrato o un manual de instrucciones, con ayuda de una aplicación móvil. El lenguaje comercial es muy estricto, por lo que los dispositivos electrónicos y sus aplicaciones nunca podrán competir con las habilidades de un traductor humano competente y profesional, quien no solo entiende las ambigüedades del texto, sino que cuenta con una amplia formación especializada. Podemos concluir que las aplicaciones de traducción son herramientas magníficas que pueden resultar útiles en breves conversaciones interpersonales pero que, no obstante, las traducciones realmente importantes siempre debe realizarlas un traductor humano con una formación especializada.
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