03.09.2015

Bicicleta – Palabra del día

Se podría pensar que no hay nada nuevo que decir sobre la palabra bicicleta o su etimología, ya que todo parece estar bien claro a estas alturas: “bi” significa dos y “cicleta”, de “ciclo”, círculo, y ya tenemos el nombre del vehículo que tiene dos ruedas.

A pesar de la etimología clara cristalina, en inglés muchos caen en la trampa de deletrear la palabra como “bycicle”, por no decir que no se conoce demasiado sobre la historia del vehículo y de su predecesor: el velocípedo.

El inventor alemán Karl Drais es considerado como el padre del velocípedo equilibrado, por el que obtuvo la patente en 1818 y lo llamó Lauftmaschine (del alemán, máquina de correr).

Entre los numerosos inventos del barón se encuentra una máquina de escribir con 25 teclas, la picadora de carne y el estenógrafo. Sin embargo, la máquina de correr fue la única que le lanzó a la fama, aunque guarda una relación menor con la idea moderna de una bicicleta, ya que era propulsada por el usuario empujando con los pies en el suelo como si caminara o corriera con normalidad; el vehículo recién inventado, conocido como draisiana o caballo de juguete, fue el primer medio de transporte que utilizara el principio de las dos ruedas.

El término velocípedo fue acuñado varios meses más tarde por el inventor francés Nicéphore Niépce, quien mejoró la máquina de correr añadiéndole un sillín regulable.

El vehículo no tardó en ganar popularidad en el Reino Unido y en los EE. UU., tal y como señala la primera referencia escrita. Nos llega unos pocos meses después de que se acuñara el término velocípedo procedente del Diario de William Sewall, que casualmente se encontraba entre los primeros que condujeron el nuevo vehículo en Nueva Inglaterra: “Entonces fui al circo y monté sobre el velocípedo, que es una máquina nueva”.

El primer vehículo a dos ruedas propulsado de forma mecánica fue diseñado en 1840, se añadió un accionamiento de manivela con pedal en la década de 1860 y el primer modelo accionado por cadena apareció alrededor de 1885.

La palabra bicicleta se utilizó por primera vez en 1847 en una publicación francesa para describir un vehículo no identificado a dos ruedas, probablemente un carruaje.

El término apareció impreso por primera en inglés para describir el uso de la bicicleta en Francia, cuando en 1868 The Daily News informó sobre la cantidad de bicicletas y triciclos que se podían ver en verano en los Campos Elíseos y en el Bosque de Bolonia.

La publicidad difundida, la producción y el uso de la bicicleta dieron lugar a que se intensificaran los trabajos para nivelar las carreteras lisas a finales del siglo XIX y a una industria valorada en 6.100 millones de dólares en 2014 solo en los EE. UU., con las bicicletas de carretera y de montaña a la cabeza de la popularidad, seguidas de cerca por las eléctricas.