01.03.2016

Bitcoin – Palabra del día

A pesar de su facilidad de uso, el dinero, ya sea en forma de billetes, monedas, números en una cuenta bancaria o saldos de una tarjeta de plástico, tiene algunos defectos inherentes. Por ejemplo, puede robarse sin posibilidad de recuperarse, puede blanquearse para ocultar actividades ilegales, puede aumentarse o disminuirse su valor real, y cuando se viaja, existe el riesgo añadido de los tipos de cambio y las temidas comisiones por operaciones con divisas. A pesar de ello, durante mucho tiempo estos billetes, monedas y valores de moneda extranjera eran la única opción para comerciar, sin embargo, gracias a internet y el auge del comercio electrónico global, nuestra palabra del día está contribuyendo a que esto cambie.

Existente desde hace menos de una década, la palabra bitcoin está compuesta por bit, acrónimo de binary digit (dígito binario) y guiño a su herencia de codificación, y coin (moneda), guiño a su uso como unidad monetaria. Como prácticamente todas las monedas, es fiduciaria y más bien volátil, por lo que su valor ha variado desde su mínimo inicial, en que prácticamente no valía nada, hasta superar los 1000 USD por bitcoin.

Puede que esta palabra no tenga la genealogía que tienen la mayoría de las palabras que analizamos, sin embargo, lo compensa con su repercusión cultural y económica. Independientemente de si se utiliza como medio lícito para la transacción de valores o para enmascarar actividades delictivas, el número de comerciantes que actualmente acepta bitcoins supera los 100 000, entre los que se encuentran nombres destacados como PayPal, Microsoft y Dell; el bitcoin empieza a estar ampliamente aceptado. Además de emplearse en operaciones monetarias básicas, los bitcoins se consideran productos básicos y se utilizan como medio de inversión con fines de, por ejemplo, cobertura frente a la inflación (Argentina) o política financiera gubernamental (Chipre).

El primer uso conocido de la palabra bitcoin fue, naturalmente, por parte de su creador, Saitoshi Nakamoto, quien el 31 de octubre de 2008 envió un artículo titulado Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System (Bitcoin: un sistema de dinero en efectivo electrónico peer-to-peer) a una lista de distribución electrónica, diciendo: «He estado trabajando en un nuevo sistema de dinero en efectivo electrónico completamente peer-to-peer, sin terceros de confianza… Bitcoin: un sistema de dinero en efectivo electrónico peer-to-peer». Dada la velocidad con la que fue acogida la idea y el escepticismo que siguió, la respetada revista Foreign Policy comentó en 2012: «La moneda digital bitcoin es, o bien el futuro del comercio global, o bien una forma altamente tecnológica de blanquear dinero, según a quién se pregunte». Más adelante, en 2014, el Sunday Independent irlandés declaró en un tono mucho más racional: «El bitcoin no es realmente una moneda, sino un producto básico. No tiene más valor que lo que la gente está dispuesta a pagar por él». Parece ser que el bitcoin ha llegado para quedarse pero, igual que en otros casos, la dirección que tome dependerá en última instancia del uso que hagamos de él.