19.02.2015

Bombardero – Palabra del día

El término bomber – bombardero apareció por primera vez en la lengua inglesa hace cien años, en una descripción de un combate durante la Primera Guerra Mundial.

Acuñado originalmente en 1915, el término bombardero hacía referencia a un soldado que en la guerra de trincheras llevaba “unas veinte o treinta bombas” o granadas alrededor de la cintura. El bombardero arrojaba estas bombas al enemigo desde la seguridad relativa que le proporcionaba la trinchera.

Según avanzaba la guerra, la tecnología se fue desarrollando a un ritmo frenético, por lo que pronto las bombas pasaron a lanzarse desde el aire, mediante aeronaves o aviones. Una de las primeras descripciones sobre la contribución de los aviones en la guerra la podemos encontrar en el clásico bélico de Alan Bott An Airman’s Outing (Excursión de un aviador), que se publicó por primera vez en 1917 y posteriormente se rebautizó como Cavalry of the Clouds (La caballería de las nubes). Bott era un artillero que se hizo piloto y derribó cinco aviones enemigos. Tras la guerra, se convirtió en periodista y cofundador del sello editorial Pan Books. El libro describe en detalle el papel y las funciones de los bombarderos: “amargar la vida de las líneas de comunicación enemigas asegurándose de lanzar sus huevos en alguna fábrica, aeródromo, oficina, nudo ferroviario o depósito de municiones”. El libro narra muy vivamente el nacimiento de las tácticas de la guerra aérea moderna, como los aviones de combate que acompañan a los bombarderos en sus misiones.

Para cuando llegó la Segunda Guerra Mundial, la fuerza aérea ya se consideraba clave para alcanzar la victoria bélica y los escuadrones de artillería que atacaban las instalaciones e infraestructuras de producción enemigas formaban parte esencial de dicha estrategia. Fue en esta época cuando se utilizó la expresión suicide bomber (terrorista suicida) por primera vez, en relación con los ataques de los pilotos kamikazes del frente del Pacífico. No obstante, la expresión no se extendió en la lengua inglesa hasta después de una serie de atentados suicidas libaneses contra soldados franceses y estadounidenses en 1983.