01.08.2017

Comercio justo

Comercio justo - Palabra del día - EVS Translations
Comercio justo – Palabra del día – EVS Translations

La cantidad de productos certificados con el sello Fairtrade-Comercio Justo que se exhiben en los anaqueles de supermercados, tiendas de descuento y pequeñas tiendas locales, es cada vez más numerosa. Sin embargo, se conoce poco acerca de todo lo que implica el concepto de comercio justo, que, por lo general, se define como «un sistema de comercio ético que busca restringir la brecha socioeconómica entre los países desarrollados y los países en vías de desarrollo».

Por ejemplo, en el caso del chocolate, la mayoría de consumidores sabe que si compra una marca de chocolates con el sello Fairtrade-Comercio Justo, significa que no se han empleado prácticas de trabajo infantil, trabajo forzado o mano de obra mal remunerada en su ciclo de producción, y que el cacao está certificado y no contiene agroquímicos peligrosos ni OMG. Sin embargo, hay mucho más que eso, ya que la marca generalmente contribuye de muchas otras formas a la sostenibilidad social, económica y medioambiental.

Las empresas que fabrican productos con el sello Fairtrade-Comercio Justo maximizan el uso de las materias primas extraídas de fuentes manejadas de manera sostenible y sus tecnologías de producción intentan utilizar energía renovable y reducir la cantidad de residuos y emisiones de gases de efecto invernadero. Los productos tienen envolturas hechas de materiales reciclados o biodegradables y generalmente son transportados por vía marítima. Además de las medidas para reducir el impacto general en el medioambiente, las empresas que cuentan con la certificación Fairtrade-Comercio Justo ayudan a luchar contra la pobreza y a crear oportunidades para los pequeños productores y proveedores locales; además respetan la igualdad de género y el derecho de los empleados a constituir y formar parte de sindicatos. Naturalmente, se cumplen estrictamente las normas de salud y seguridad, así como las condiciones y horas de trabajo, de conformidad con las leyes locales y las convenciones internacionales.

Por otro lado, las organizaciones fomentan actividades que fortalecen las capacidades de gestión y mejoran las oportunidades de negocio para los productores de los países en vías de desarrollo. Asimismo, invierten en la formación de empleados y en mejores condiciones de vida, que ayudan a lograr un desarrollo sostenible gracias a inversiones socioeconómicas directas, en lugar de colaboraciones de instituciones benéficas o de ayuda financiera, de conformidad con el primer eslogan del movimiento de Comercio Justo formado en Europa durante la década de 1960: Trade not Aid (Comercio, no ayuda).

El movimiento del Comercio Justo, que se remonta a mediados del siglo XX, ganó adeptos rápidamente a nivel mundial, tal como lo registró The New York Times en 1973: «Ya es hora de empezar una nueva era de relaciones de comercio justo entre los países desarrollados y los países en vías de desarrollo, en las que… se reconozca el valor real de las materias primas de estos últimos, que están dirigidas a los consumidores de Occidente», que se integraron a la tendencia principal con el desarrollo de las primeras iniciativas de certificación de mercancías con el sello Fairtrade-Comercio Justo.

El primer sello Fairtrade-Comercio Justo se creó en 1988 por iniciativa de la agencia de desarrollo holandesa Solidaridad y apareció en el café mexicano de marca Max Havelaar, llamado así por un personaje de ficción que se oponía a la explotación de los recolectores de café en las colonias holandesas. Esta iniciativa se replicó en otros mercados de Europa y Norteamérica.

En 1997, en un intento por armonizar los criterios de certificación de todas las organizaciones nacionales de Comercio Justo, se estableció Fairtrade International (formalmente conocida como Fairtrade Labelling Organizations International o FLO) en Bonn, Alemania, la cual al día de hoy cuenta con cerca de 1300 organizaciones productoras certificadas por Fairtrade, más de 1,65 millones de agricultores y trabajadores de 74 países y ventas globales de productos con el sello Fairtrade-Comercio Justo que bordean los 10 000 € millones.