Tras dos meses de cero inflación en febrero y marzo, la Oficina Nacional de Estadística del Reino Unido ha informado recientemente que, en comparación con el año pasado, el índice de precios de consumo se ha vuelto negativo, hasta el -0,1 %. Esto significa que determinados bienes cuestan al consumidor menos que el año pasado. El mayor impulsor de este periodo reciente de precios a la baja ha sido la gran caída del precio del petróleo y su influencia en todos los aspectos de la economía. Puesto que esto no ocurría desde hace 55 años, este suceso ahora inusual denominado deflación merece algo de atención.
En términos económicos sencillos, la deflación es la inflación negativa: cuando el precio de un elemento cae durante un determinado periodo de tiempo. Habitualmente, este término se asocia con el precio de los bienes de consumo; sin embargo, también puede asociarse con los créditos, los salarios, etc. Aunque la terminología económica suele tener connotaciones negativas en la economía, la deflación que, según los números, se ha producido recientemente en el Reino Unido, tiene beneficios a corto plazo. Puesto que otorga a los consumidores un poder adquisitivo adicional, con suerte, esto se traducirá en más gasto y ayudará a impulsar la recuperación económica actual. Aparte de un impulso a corto plazo como este, los periodos prolongados de deflación pueden ser extremadamente perjudiciales para una economía: si los precios siguen cayendo, los consumidores, anticipando un mejor valor de la divisa en el futuro, no comprarán bienes, lo que provocará una reducción en el gasto, mayor desempleo y una recesión/depresión económica.
Utilizado en 1891 en referencia a los globos, con el significado de «liberación de aire», el término cobra sentido al intentar describir lo que sucede cuando los precios, los salarios, etc. encogen la burbuja metafórica de una economía. Sir Ralph George Hawtrey utilizó este término por primera vez en 1920 en un informe de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia, en el que escribió: «Para que una unidad devaluada recupere su valor normal en oro, es necesario medir la deflación. La deflación, que es un proceso de inflación inverso, debe significar una disminución en el total de los ingresos monetarios». En términos más actuales para demostrar el miedo basado en lo que una deflación duradera puede causar en una economía, el Registro anual de 1955 afirma que: «Los banqueros y personas de la industria influyentes se quejan de que se han superado las “restricciones de crédito” y advierten de los peligros de la deflación».
Aunque el ritmo de la inflación durante los últimos meses ha disminuido, el gobierno británico prevé que la inflación vuelva pronto a niveles normales, por lo que los británicos deberían disfrutar de este descanso financiero mientras puedan.