02.02.2016

Depresión – Palabra del día

Para muchos de nosotros este es el momento durante el primer mes del año en el que la palabra de hoy se cuela en nuestras vidas. El paisaje se vuelve sombrío y blanco o nublado y grisáceo, los tiempos alegres y las celebraciones de las vacaciones han llegado a su fin y (en muchos de nuestros casos) los propósitos para el nuevo año están empezando a afectarnos o ya los hemos abandonado, lo que añade una sensación de frustración y fracaso. Parece como si a medida que vamos bajando de la “nube” de las vacaciones nuestro estado de humor y actitud mental en esta época del año realmente sufriera un batacazo y a menudo decae a cotas inferiores a las que considerábamos normales antes de las vacaciones. Ya sea grave, leve o estacional, la depresión (y/o ansiedad) afecta a casi 1 de cada 5 adultos en el Reino Unido, por lo que decididamente esta es una palabra que merece un análisis en profundidad.

En vez de comenzar con la palabra, veamos en primer lugar la enfermedad/trastorno. Aunque las causas pueden ser tan variadas como un desequilibrio químico o el resultado de recibir malas noticias y la enfermedad puede afectar a cualquiera, parece que hay un mayor riesgo de sufrirla en determinados sectores demográficos. Por ejemplo, las mujeres son más propensas que los hombres (el 21% frente al 16%), las personas divorciadas o separadas tienen más probabilidades de padecer síntomas que las casadas o en una unión civil (el 27% frente al 16%) y los desempleados tienen el 8% más de probabilidades de mostrar síntomas que los que tienen un empleo remunerado (el 23% frente al 15%). Sin embargo, no deja de ser interesante el hecho de que uno de los factores más importantes de la salud mental parece ser la salud física: las personas insatisfechas con su salud física son tres veces más propensas (38%) a mostrar síntomas de ansiedad y depresión que las personas que se sienten relativamente satisfechas con su nivel de salud (11%).

En cuanto a la palabra en sí misma, “depresión procede o bien del francés antiguo depression o directamente del latín depressio(nem), ambas con el significado de “hundir”. No obstante, aunque a lo largo del transcurso de varias décadas hemos llegado a conocer la palabra casi exclusivamente para referirnos al trastorno mental, no deja de resultar sorprendente averiguar que en su día se utilizaba en un sentido más amplio y general.

El término “depresión” aparece por primera vez en inglés alrededor del siglo XV en la obra de Chaucer, El tratado del astrolabio, donde utiliza la palabra con un sentido astronómico y escribe: “Y esa es la depresión del Polo antártico, es decir, que el Polo Antártico debajo del horizonte es la misma cantidad de espacio”. En la Transacciones filosóficas de la Real Sociedad de Londres de 1665 se utiliza la palabra en su sentido literal para definir una característica geográfica/topográfica: “De la naturaleza del suelo… y de varias elevaciones y depresiones del mismo”. Por último, en el caso del uso más generalizado, aunque el término no adquirió su uso psicológico hasta 1905, se utilizó por primera vez para expresar abatimiento o bajo estado de ánimo en la obra de Richard Baker y de Edward Phillips de 1665, Crónica de los reyes de Inglaterra, donde se escribió que “Lambert, en un estado de profunda depresión, le rogó dos veces que le dejara escapar”.

Como punto final sobre el tema, si muestras alguno de los síntomas de esta palabra no dudes en buscar ayuda y hablar con alguien sobre ello, no hay ninguna necesidad de sufrir en silencio.