16.09.2014

Dilema – Palabra del día

Con un diccionario sobre hierbas multilingüe y un libro sobre los efectos medicinales de las hierbas, William Turner está considerado el padre de la botánica inglesa.

Pero también fue un predicador que escribía sobre las normativas de la Universidad de Oxford. Planteó un problema en el que el alcalde de Oxford tenía que hacer un juramente al rector y al Rey. El resultado fue la perplejidad y la posibilidad de ser excomulgado inmediatamente. Esto se define como un dilema y es el primer uso del término «dilema» en inglés en 1523. Turner, gracias a su conocimiento de los clásicos, sabía bien que la palabra «dilema» provenía del griego y que significaba «doble proposición»; adecuada para las leyes y la retórica donde se aplicó por primera vez.

El siguiente ejemplo de dilema o «argumento cornudo» apareció en 1551 y estaba relacionado con los impuestos. Se deben entregar a Dios o al Cesar. Los resultados son traición o sacrilegio. El dilema ofrece dos opciones desagradables y potencialmente mortales. Se ofrecen dos opciones igualmente indeseables, cada una de ellas representa un cuerno del dilema. No tardaron mucho tiempo en utilizar el dilema simplemente como planteamiento de una mala situación, ya que todas las soluciones eran desfavorables.

Tal y como dijo Bob Woodward: «El dilema central del periodismo es que no sabes lo que no sabes». Esto está representado en el dilema de los prisioneros. Dos prisioneros son enviados a prisión y no tienen posibilidad de comunicarse entre ellos. La policía no tiene pruebas para condenarles por un delito grave, así que seguramente se les acusará por ofensas menores. Se les ofrece la posibilidad de traicionarse entre sí o de guardar silencio. Si ninguno dice nada, los cargos serán menores. Si ambos se delatan, los dos tendrán largas sentencias. Si uno traiciona al otro y el otro guarda silencio, uno saldrá libre y el otro tendrá una larga sentencia.