25.09.2014

época bella – Palabra del día

El término belle époque, cuya traducción literal del francés sería la “ época bella “, se acuñó para describir el período desde el final de la Guerra franco-prusiana (1871) y el inicio de la Primera Guerra Mundial (1914). Se caracterizó por una gran vitalidad artística y cultural, por novedosas tecnologías y progreso científico, además de por la paz, el optimismo y la prosperidad. Fue, en definitiva una época dorada.

El término podría equipararse con la expresión “Gilded Age” (un término acuñado en 1873 por Mark Twain en La edad dorada: una historia de nuestros días), empleada con frecuencia para describir el mismo período histórico en Estados Unidos. Esta época fue, de hecho, una etapa de prosperidad en toda Europa y Occidente. Por ejemplo, el Imperio británico amplió su dominio a finales del siglo XIX con la inclusión de más de un cuarto del territorio y de la población mundial. Mientras que Gran Bretaña recuerda este período como una época de expansionismo imperial, la “Gilded Age” implicó para Americanos y Alemanes ante todo una época de avances tecnológicos y de progreso económico.

En Francia, la memoria histórica de la era está más marcada por las innovaciones culturales y artísticas.  En particular, la aristocracia francesa y la nueva élite adinerada, cada vez más extensa en Francia, dedicó la belle époque a buscar la belleza, el lujo y la cultura. Fue la era de los almacenes Lafayette, el Teatro de los Campos Elíseos, la Ópera de París, el Moulin Rouge y el Casino de París. El estilo de vida bohemio de la élite parisina se avivaba con champán y se gozaba en el restaurante Maxim’s, los cabarets de Montmartre o la Riviera Francesa.

En cuanto al arte, Pablo Picasso y su amigo Georges Braque intentaron capturar la Belle époque con un nuevo estilo: el cubismo. El Art Nouveau fue el movimiento artístico más famoso que surgió del período de la Belle époque.

La belle époque fue también un tiempo de paz y prosperidad, cuyo motor fue el progreso tecnológico. Se trata de la era de las máquinas. La producción industrial en Francia se triplicó durante este período. La industria del hierro, los químicos y la electricidad crecieron y suministraron materias primas a las 600 fábricas de coches y aviones de toda Francia. El telégrafo y el teléfono impulsaron la comunicación en todo el país y la red de ferrocarriles se expandió enormemente. La Torre Eiffel, construida como puerta de acceso a la Exposición Universal de 1889, se convirtió en el símbolo del espíritu de la industrialización que marcó la época.

El escritor francés Charles Peguy definió en 1913 el fugaz progreso registrado durante este período de la siguiente forma: “el mundo ha cambiado más en los últimos 30 años que en el resto de la historia desde Jesucristo.” La Belle époque terminó con el estallido de la Primera Guerra Mundial, cuando el progreso tecnológico de la época se centró en la construcción de armas destructivas que acabaron con la vida de más de 10 millones de personas y que redibujaron el mapa de Europa.

A la vista de la destrucción posterior, la expresión belle époque reflejaba en la postguerra la nostalgia por la paz, la prosperidad y la inocencia que se esfumaron con el inicio de la Gran Guerra.