05.01.2016

Fuegos artificiales – Palabra del día

Los cuatro inventos principales de los chinos son la fabricación de papel, la imprenta, el compás y la pólvora.

Cuándo exactamente se descubrió la pólvora es aún hoy en día motivo de debate; pero lo que está claro es que se remonta 1200 años atrás. Sin embargo, las primeras fórmulas químicas no se registraron hasta el año 1044. Y fue algo que, claramente, revolucionó la guerra.

Por lo que es normal que la primera referencia en inglés a los fuegos artificiales se hiciese en una traducción de la obra de Maquiavelo The Art of War (Del arte de la guerra), publicada en italiano en 1521. La traducción al inglés vio la luz en 1562 de la mano de Peter Whitehorne, quien había vivido bastante tiempo en Italia y había luchado como soldado del lado del emperador Carlos V. En la obra se describe «cómo hacer salitre, pólvora y otros tipos de fuegos artificiales o incendios». Al dedicar su traducción a la reina Isabel, la obra adquirió popularidad en los manuales de guerra escritos en aquella época, en la que Inglaterra llegó a verse a sí misma como una potencia militar. La tercera edición se publicó en 1588, año en que Inglaterra logró evitar la invasión española.

Pero los fuegos artificiales se usaban también para otros fines aparte de la guerra. En China, los fuegos artificiales se usaban para ahuyentar los malos espíritus. En Inglaterra, el primer uso registrado de fuegos artificiales como entretenimiento data de 1575, cuando la reina Isabel I realizó un viaje por Inglaterra. El entretenimiento más espectacular tuvo lugar en Kenilworth y está documentado por George Gascoigne, uno de los poetas más importantes de la época de Shakespeare. En Princely Pleasures (Placeres principescos), escribió sobre «fuegos artificiales sobre el agua, los cuales eran extraños, pero a la vez estaban bien ejecutados».

Los fuegos artificiales se convirtieron en parte fija de las celebraciones públicas, especialmente en la noche de fin de año. Los espectáculos se realizan a escala mundial, empezando en Sídney y continuando por todo el mundo, con grandes demostraciones de fuegos artificiales en Tokio, Londres, Nueva York y San Francisco.