10.07.2014

Palabra del día: Guía de viaje

La primera avalancha de turistas de la historia la protagonizó la aristocracia británica en Europa. Tras haber estudiado en los colegios y universidades apropiados (en aquella época, Oxford y Cambridge exclusivamente) era hora de ver mundo (es decir, Europa) en el llamado Grand Tour. Aquí tenían la oportunidad de contemplar los restos de la Grecia y Roma antiguas, así como de hacerse una idea de cómo era Europa.

Cuando los turistas llegaban, a menudo necesitaban que les indicaran qué estaban viendo. Si bien existían algunos cuadernos de viaje e instrucciones con recomendaciones para viajar, la gran afluencia de británicos de clase alta hizo imprescindible que hubiera unas instrucciones relativamente generalizadas. Resumiendo: hacían falta guías de viaje.

El primer registro del término inglés guide book lo encontramos en una obra publicada en 1814 que oportunamente lleva por título The Journal of John Mayne during a tour of the Continent upon its reopening after the fall of Napoleon (El diario de John Mayne durante un viaje por el continente tras su reapertura después de la caída de Napoleón). El escritor, quien durante sus viajes también importó al inglés el término confetti, no era un noble ni había estudiado en la universidad, pero aun así viajó por Europa. Necesitaba una guía de viaje y tuvo oportunidad de elegir cuando se disponía a comprar una. La expresión ya se utilizaba en aquella época puesto que existen numerosas referencias al respecto.

Este fue el comienzo de una industria que engendró miles de guías pero que ahora está desapareciendo. Durante los últimos 5 años, las ventas a escala internacional han descendido en casi un 40 %. Después de todo, Internet permite un acceso inmediato y actualizado a información de viaje contrastada por miles de usuarios. Entonces, ¿para qué comprar una guía de viaje en papel?

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