23.07.2015

Hula-hoop – Palabra del día

¿Cómo es posible que algo tan simple como un aro haya conseguido entretener a tanta gente durante tantos años? Desde hace siglos, personas de todo el mundo se han divertido con los aros, ya fueran parte las danzas tribales de los nativos americanos, la gimnasia rítmica, números de circo o, recientemente, para mantenerse en forma. Joseph Strutt, en su libro Deportes y pasatiempos de la gente en Inglaterra (1801), ofrece una breve descripción de los aros como modo de entretenimiento: «Hacer rodar un aro es un pasatiempo de origen incierto pero que se practica mucho en la actualidad, especialmente en Londres, donde los niños salen a la calle con sus aros y en ocasiones dificultan el paso de los transeúntes». En la novela de Charles Dickens Dombey e hijo (1848) también se menciona este popular juguete: «Esta noche se respira un sueño y un descanso más profundos en casa del señor Dombey… El sol de la mañana despierta este antiguo hogar, asentado una vez más en sus viejas costumbres. Los niños de mejillas sonrosadas corren con los aros».

¿Pero cómo pasaron los aros de rodar a girar alrededor del cuerpo para convertirse en hula-hoops? Fueron los marineros británicos quienes al viajar a Hawái en el s. XIX vieron a las isleñas bailando con aros. Al advertir que los movimientos de la cadera eran similares a los de los juegos con aros en los que estos se hacen girar alrededor de diferentes partes del cuerpo, importaron a su país el término hula hoop.

Desde aquel momento, el interés que ha suscitado el hula-hoop como afición ha ido variando. En un artículo de 1958 publicado en el Times Literary Supplement, un periodista apuntó: «Los aros, también de origen muy antiguo, prácticamente habían desaparecido de las tiendas y de las calles, hasta que la reciente fiebre que ha suscitado el hula-hoop los ha vuelto a poner de moda de forma diferente». Cuando Wham-O, un fabricante de juguetes californiano, decidió obsequiar al mundo con los hula-hoops de plástico, el juguete volvió a convertirse en un pasatiempo muy querido entre los niños. Pero no duraría mucho. En 1973, el Daily Telegraph informó de que «pocos juguetes “populares” duran tanto como el yoyó: el hula-hoop y el reciente tiki taka (que nadie echa en falta) son dos ejemplos de un éxito que pronto se olvida» (6 de abril).

la dieta del hula-hoop

Sin embargo, los últimos años han demostrado que el hula-hoop no ha caído en el olvido. Vuelve a estar de moda y no solo entre los niños: muchos adultos también lo adoran. Según los expertos en mantenimiento físico, hacer girar uno de estos aros alrededor de la cintura durante una hora puede quemar entre 400 y 600 calorías, así que no es de extrañar que el hula-hoop esté disfrutando de una nueva etapa. Esta pieza tubular de polipropileno de colores vivos o fosforitos le hará perder una talla y contonear las caderas como nunca lo ha hecho. ¡Nada que envidiar al yoyó! Volviendo al candelero y la prensa, famosas como Kelly Osbourne están encantadísimas con la dieta del hula-hoop: «Estoy dándole al hula-hoop ahora mismo… 5 minutos por la mañana, 5 por la noche… ¡y en 5 días he perdido 5 centímetros de cintura!» (Daily Mail, 22 de enero de 2013).

Resulta curioso que, al igual que las modas vienen y van, lo mismo ocurre con los términos de un idioma: en inglés, la nueva tendencia es eliminar hula. Así, el ejercicio conocido como hula hooping ahora ha pasado a llamarse simplemente hooping. Los aficionados, como la americana Rachael Lust, ahora se denominan hoopers y están revolucionando el mundo del hula-hoop. Rodar el aro y las mejillas sonrosadas están dando paso a trucos y ejercicios espectaculares.