06.07.2016

Islandia

Islandia: un entorno natural, una gastronomía, un sentido de la igualdad y la sostenibilidad e incluso un idioma de otro mundo

Islandia - EVS Translations
Islandia – EVS Translations

Piense en paisajes lunares, géiseres y playas de arena negra… y, ahora, imagine lava al rojo vivo cayendo desde un acantilado directamente sobre las olas que rompen en la costa.

Pues bien, estas son solo algunas de las escenas típicas de Islandia; aunque tampoco podemos por alto la aurora boreal, uno de los fenómenos naturales más cautivadores.

La naturaleza de este país atesora una rica paleta de colores, la cual hace posible que Islandia cuente con el mayor número de artistas por metro cuadrado.

Y podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el activismo en defensa del feminismo y de los derechos humanos tiene una arraigada historia en Islandia. No en vano, ha encabezado durante siete años consecutivos el índice global de disparidad entre géneros.

El matrimonio entre personas del mismo sexo es legal en Islandia desde 2010 y las parejas de gais y lesbianas pueden adoptar. Jóhanna Sigurðardóttir, ex primera ministra de Islandia, fue la primera lesbiana declarada en ocupar la jefatura de gobierno de un país.

Al analizar los hechos, podemos concluir que Islandia aventaja sin problemas a las naciones más avanzadas en términos de tolerancia e igualdad.

Islandia supera con creces al resto de países modernos incluso en otro aspecto de vital importancia: la sostenibilidad. De hecho, es capaz de cubrir a partir de fuentes renovables prácticamente la totalidad de la energía que consume, siendo líder a escala mundial en dos categorías: la capacidad de producción en instalaciones geotérmicas y el desarrollo de energías sostenibles, lo que convierte al país en el más ecológico del mundo y en una de las naciones con los más altos estándares de vida.

Y, fuera de bromas, la gastronomía islandesa incluye numerosas exquisiteces culinarias que suponen todo un reto para el cocinero. Piense, por ejemplo, en el hákarl o tiburón curado, que puede resultar tóxico debido a su alto contenido en urea, o en el Svið, que consiste en una cabeza de oveja hervida.

En realidad, al parecer lo menos chocante de Islandia es su nombre. Si bien, según se cree, se bautizó así en un intento de ahuyentar a los colonos, esto no deja de ser un mito; lo que sí es cierto es que el idioma y la gramática del islandés pueden acabar ahuyentando a cualquiera que quiera aprender el idioma.

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