07.03.2017

Juzgar

Palabra del día: juzgar - EVS Translations
Palabra del día: juzgar – EVS Translations

Los términos juzgar y juicio tienen una connotación negativa en inglés. Independientemente de si están juzgando a alguien o de si alguien es juicioso desde un punto de vista demasiado crítico, ninguna es una buena opción. Aún así, un juicio no es necesariamente algo por lo que preocuparse, ya que en realidad se trata de la capacidad de formarse una opinión basada en pensamientos, sentimientos o pruebas.

Y cuando hablamos de juicios legales, están los jueces para fallar sobre un asunto en base a su interpretación de la ley o, en algunas jurisdicciones, en base a sus propios juicios personales.

Los jueces y los juicios son el resultado de 1000 años de evolución legal. Volviendo la vista atrás, tenemos la ordalías anglosajonas, donde los acusados eran obligados a realizar pruebas peligrosas y dolorosas, como agarrar una barra de hierro incandescente o introducir las manos en agua hirviendo y su inocencia o culpabilidad se determinaba por el tiempo que necesitaban para curarse. Si eran inocentes, Dios les otorgaba la sanación en los dos días posteriores. Las ordalías fueron prohibidas por Guillermo II de Inglaterra y condenadas por la Iglesia en 1216.

Y mientras que el rey seguía siendo el legislador principal, los intérpretes de esa ley eran los jueces: miembros de la familia real, clérigos, caballeros y sargentos.

Y al igual que los magistrados, el término juez lleva entre nosotros mucho tiempo. Esta palabra fue introducida en el vocabulario anglonormando y francés alrededor del siglo XII para sustituir al término utilizado anteriormente deme, proveniente del alto alemán y que significa juez, árbitro. En su uso inicial, el término hacía referencia a Dios y a su función como árbitro supremo en el Juicio Final y la forma en mayúsculas tenía un sentido histórico para los judíos de un líder militar en tiempos de crisis. Juez tiene un origen latino y proviene de iudicem, formado por ius «derecho, ley» y la raíz dicere «decir».

En el sentido de un oficial público responsable de administrar justicia en un tribunal, el término juez fue mencionado por primera vez en la Biblia de Wycliffite alrededor de 1384. En 1533, en el contexto del intento de Enrique VIII de asegurar una revolución política alterando el equilibrio de poder entre la Iglesia y el Estado, la primera dura crítica contra los defectos del derecho consuetudinario y de los jueces de la Baja Edad Media se produce en la obra de Thomas More The debellacyon of Salem and Bizance.

Fuera del contexto legal, esta palabra otorga a cualquiera el poder de hacer juicios siempre que lo crea necesario, le pregunten o no. La frase ser el juez de alguien se registró impresa por primera vez en 1556, en la obra de Thomas Cranmer Aunsw. vnto Craftie & Sophisticall Cauillation: «Dejemos que el lector sea el juez, veremos una maravillosa diversidad».

Naturalmente, todos somos jueces sofisticados, predicando el Nemo judex in causa sua (nadie debería ser el juez en su propia causa) pero juzgando a todos los demás. Según un estudio, realizamos 11 juicios diferentes de una persona en los primeros siete minutos desde que la conocemos. Y entre ellos están la inteligencia, el estatus social, la educación, las habilidades y la honradez.