26.05.2016

Mafia

Aunque puede que muchos de nosotros no estemos dispuestos a admitirlo, la verdad habla por sí misma: sentimos debilidad por el crimen organizado. Y en esto es en lo que se centra nuestra palabra del día. Ese estilo de vida no solo se ha realzado en películas como El padrino o Uno de los nuestros, sino que, incluso en la vida real, casi cualquiera puede citar algunos de los grandes nombres de la mafia, desde Capone a Luciano, pasando por Genovese o Gotti. Si bien a muchos la idea nos puede resultar fascinante, la mayoría de la gente no sabe bien qué es en realidad la mafia (al fin y al cabo, ahí está la gracia de las sociedades secretas, ¿no?), así que podemos empezar explorando el término en sí.

Aunque, en un sentido amplio, podemos definir la palabra mafia como una sociedad secreta dedicada al crimen organizado, a muchos les sorprenderá descubrir que en realidad no existe tal cosa como la mafia siciliana; al menos, no tal y como nos la imaginamos: las organizaciones criminales clandestinas de Sicilia (e Italia en general) se suelen bautizar a sí mismas siguiendo los nombres de cada grupo individual, por ejemplo, Cosa Nostra (nuestra cosa), Stidda (estrella) o ‘Ndràngheta (coraje/virtud). El término mafia procede directamente de un adjetivo siciliano, mafiusu, el cual, a principios y mediados del siglo XIX (durante la formación de estas bandas de crimen organizado en Sicilia), recogía las virtudes de «enérgico, valiente y orgulloso». Respecto a cómo esta palabra pasó a atribuirse al crimen organizado, parece que gran parte del mérito le corresponde a una obra de 1863 escrita por Giuseppe Rizzotto y Gaspare Mosca que lleva por título I mafiusi di la Vicaria (Los mafiosos de la Vicaria), en la que se cuenta la historia de una banda de presos sicilianos.

Más allá del término en sí, la mafia siciliana se fundó como consecuencia del cambio y la modernización. Durante gran parte del siglo XIX, Sicilia sufrió numerosos cambios: el feudalismo vio sus últimos días, el control de las tierras dejó de estar en manos de unos pocos, se redistribuyeron grandes extensiones de terreno y Sicilia pasó a formar parte del estado italiano. Por desgracia, la nueva estructura de gobierno fue incapaz de lidiar con todo esto debido tanto a la falta de experiencia como de personal: a menudo, contaba con menos de 350 policías para toda la isla. Con un gobierno incapaz de «patrullar» de forma adecuada gran parte de la isla, las fuerzas policiales que anteriormente estaban en manos privadas comenzaron a establecerse, por propia iniciativa, a modo de grupos improvisados de guardianes de la paz y el orden (no sin una remuneración): así fue como nació el crimen organizado que hoy en día conocemos en Sicilia/Italia. Según se cree, actualmente cuenta con 5.000-8.000 integrantes y mueve 100 millones de dólares al año con sus actividades delictivas.

Poniendo en evidencia su continua afinidad con la clase alta, la primera mención del término en la lengua inglesa (mafia, igual que en castellano) data del 11 de octubre de 1866 y tuvo lugar en The Times: «De hecho, se dice que la mafia, una sociedad secreta, cuenta entre sus miembros con muchas persona de clase alta». Dada la ambigüedad que puede presentar esta palabra al referirse a todo tipo de crimen organizado, no tardó en aplicarse a otros grupos, como quedó reflejado en un titular del Chicago Tribune en 1891: «Las mafias chinas en California. Una organización de asesinos a sueldo que la ley no es capaz de reprimir».

En las últimas décadas, sin embargo, también hemos visto que el término ha ampliado una vez más su significado para incluir a casi cualquier grupo que ejerza algún tipo de influencia reservada, como se recoge en una edición de 1970 del New Yorker, la cual incluye un artículo en el que se puede leer: «La mafia de los compositores, con su compromiso con la atonalidad y la producción de nuevos ruidos, no le infunde ningún miedo».