Después de que el emoticono «cara con lágrimas de alegría», fuera declarado palabra del año 2015 por el diccionario de Oxford, ya que decían que representaba el humor y las preocupaciones del año pasado, este año no nos vuelve a decepcionar.
El diccionario inglés de Oxford ha elegido «posverdad» como la palabra internacional del año 2016. En realidad es un adjetivo y Oxford lo define como: «relativo a las circunstancias en las que los hechos objetivos influyen menos a la hora de modelar la opinión pública que los llamamientos a la emoción y a la creencia personal».
El término que define el año actual lleva entre nosotros varias décadas, pero ha sufrido un aumento de cerca del 2000 % en su uso durante los últimos meses, principalmente en el contexto del referéndum sobre el Brexit en el Reino Unido y de las elecciones a la presidencia de EE. UU.
Y estos dos acontecimientos también destacaron otras dos palabras que quedaron entre las finalistas de este año. El referéndum del Reino Unido acuñó la palabra brexiteer, persona a favor del Brexit; y las elecciones a la presidencia de EE. UU. nos dejaron alt-right, abreviatura de «alternative right» (derecha alternativa), un grupo de personas con ideologías de extrema derecha que rechazan las políticas establecidas y confían en los medios de internet.
Volviendo a la palabra de 2016, empezaremos por decir que es un fenómeno muy poco habitual ver que un término sea tendencia al mismo tiempo a ambos lados del Atlántico y, teniendo en cuenta que está abrumadoramente relacionado con la política, debemos reconocer su impacto mundial, aunque el reconocimiento supone enfrentarnos a la realidad de que la gente de hoy en día están deseando aceptar que la verdad puede ser irrelevante.
El propio término apareció en la década de 1990 con el significado general de «tras conocer la verdad», y se registró con el significado actual, que denota la limitada influencia de los hechos, en un ensayo de 1992 del dramaturgo serbio-americano en la revista The Nation sobre el escándalo Irán-Contra y la Guerra del Golfo.
Y el término política posverdad fue acuñado el 1 de abril de 2010 por el bloguero David Roberts en una publicación para Grist, donde la define como: «una cultura política en la que la política (la opinión pública y las publicaciones de los medios) se han desconectado casi totalmente de las acciones políticas (la base de la legislación)».
La mayoría de expertos culpa a las redes sociales, y a su creciente papel en la distribución de la información y las opiniones que influyen en las masas, del auge de la política posverdad y de las campañas políticas que se centran en las emociones de los votantes en lugar de en hechos objetivos.
Aún así, las acusaciones no disminuyen el impacto del tuit de este mes de The Independent: «Hemos entrado en un mundo posverdad y no hay vuelta atrás».
