
Muchos de nuestros lectores creen, de forma totalmente lógica, que el término robot es relativamente nuevo en inglés, seguramente acuñado por un escritor estadounidense, o incluso por Hollywood. Pero la historia real de esta palabra nos lleva hacia una dirección bastante diferente.
La palabra es originaria del término del antiguo eslavo eclesiástico rabota, que describía formas de trabajo, habitualmente forzado, y que mantuvo su significado principal, trabajar, en el búlgaro y el ruso contemporáneos.
El término hacía referencia al sistema de servidumbre/feudalismo implantado en la Edad Media en Europa Central, donde los siervos que ocupaban una parte de la tierra eran obligados a trabajar para el señor de la tierra y, a cambio, recibían protección y justicia.
El término robot entró por primera vez en inglés a través del alemán, con exactamente ese significado, para describir el sistema en el que la renta se paga mediante trabajo forzado y servicio obligatorio. La palabra se utilizó en primer lugar de forma impresa para describir el sistema feudal de Hungría y la Rumanía actual en la obra de John Paget Hungary and Transylvania: with remarks on their condition de 1839, donde escribió que: «El sistema de renta mediante robot o trabajos forzados (…) es una prima directa sobre la ociosidad».
El significado moderno de la palabra robot, que nos hace pensar en seres con inteligencia artificial, es originaria de la obra de 1920 R. U. R. (Robots Universales Rossum) del escritor checo Karel Čapek. La obra comienza en una fábrica que produce personas artificiales, denominadas roboti en checo. Los robots están diseñados para trabajar para los humanos y servirles, pero finalmente derrocan a sus amos y exterminan a la raza humana. Originalmente, Čapek había denominado a sus seres artificiales labori (por el término latino labor «trabajo o producto del trabajo»), pero finalmente optó por roboti, como le sugirió su hermano, Josef Čapek, también artista y escritor. El término robot fue acuñado por Josef, pero popularizado por Karel Čapek, cuya obra había sido traducida a 30 idiomas para el año 1923.
Estos seres con inteligencia artificial se adueñaron de la imaginación de otros escritores y líderes de la industria de la ciencia ficción, como indica la primera mención de robots en la edición del 13 de agosto de 1922 de The New York Times: «Los robots tendrían un uso mucho mejor en fábricas y ejércitos, ya que serían mano de obra barata y no se rebelarían con huelgas».
De forma casi paralela, el término desarrolló otro significado: para designar a una persona que actúa de forma mecánica, sin sentimientos ni pensamientos, como The Westminster gazette comentó el 22 de junio de 1923: «Mr. G. Bernard Shaw definió a los robots como personas cuyas actividades les han sido impuestas».
Con los recientes avances en la informática, las representaciones artificiales de humanos son cada vez más habituales, así como el servicio a la raza humana sin mostrar indicios de sus intenciones para exterminarla.