Este es el término que se emplea actualmente para el proceso de calentar alimentos o líquidos con el fin de reducir el número de agentes patógenos. Este procedimiento no es ninguna novedad: los chinos ya utilizaban un tipo de pasteurización para calentar el vino hace más de 1.000 años. Hasta el siglo XIX, el proceso era muy rudimentario y el nivel de calor aplicado solía ser muy elevado. El químico francés Louis Pasteur descubrió que manteniendo una temperatura de aproximadamente 60 grados Celsius podía reducir la acidez del vino sin que éste perdiera su sabor, así como eliminar las bacterias de la leche, conservándola fresca durante varias semanas. Pasteur, una de las figuras más importantes de la historia de la prevención de enfermedades, dio su nombre a un proceso que perdura hasta la actualidad.
10.10.2013
