Nuestra sede central alemana, ubicada en Offenbach del Meno, está deslumbrada por los preparativos que la ciudad ha dispuesto para recibir la Navidad. ¡Y es que las luces navideñas y los olores característicos de estas entrañables fiestas inundan las calles de la localidad que vio nacer las pfeffernusse!
Sí, fue en Offenbach donde en 1757 el pastelero Philipp Fleischmann creó la receta de estas pequeñas galletas especiadas, que incluso Goethe calificó como divinas.
Las «Pfeffernusse» en inglés o «Pfeffernüsse» en alemán (literalmente, «nueces de pimienta») son unas galletas especiadas muy típicas como dulce navideño en Alemania, Dinamarca y los Países Bajos. A menudo se confunden con las Kruidnoten o Pepernoten, que son unas galletas especiadas holandesas típicas del día de San Nicolás (mientras que los holandeses celebran la fiesta de Sinterklaas el 5 de diciembre, los alemanes celebran el Nikolaustag el 6 del mismo mes). No en vano, ambos dulces comparten ingredientes similares, si bien los holandeses son más duros y presentan un color y una forma diferentes.
Las «nueces de pimienta» alemanas se parecen mucho a otra delicia típica de ese país, el pan de jengibre o Lebkuchen, pero con menos jengibre y pimienta negra molida. Su forma es redonda y están recubiertas con azúcar glas y una plétora de especias navideñas: nuez moscada, clavo, jengibre, cilantro, cardamomo, canela y, por supuesto, pimienta negra.
Por su nombre, podríamos esperar que contuvieran nueces, pero no se deje engañar, ya que las galletas tradicionales no contienen ningún fruto seco. En realidad, se llaman así por su forma.
No obstante, dado que cada región e incluso cada familia posee su propia variante de la receta, no es difícil probar pfeffernusse con variedades de frutos secos molidos o muy picados. Otros de los ingredientes opcionales son cáscara de naranja, ralladura de cítricos, brandi o ron.
Las pfeffernusse tradicionales no contienen frutos secos, ni tampoco mantequilla o aceite, lo que hace que sean unas de las galletas con menos grasa. Eso sí: pueden estar bastante duras, por lo que se recomienda mojarlas primero en alguna bebida.
Forman parte de la Navidad alemana desde la década de 1850 e incluso cuentan con un día en el que son las protagonistas: el 23 de diciembre se celebra el Día Nacional de las Pfeffernusse.
Los alemanes que emigraron a Estados Unidos durante el siglo XIX se llevaron consigo esta galleta de jengibre al otro lado del Atlántico, hecho que quedó registrado por primera vez en The Los Angeles Times en 1891.
Estos dulces navideños no tardaron en abrirse camino hasta las mesas de muchas familias estadounidenses en estas fechas. Así lo recogió Hoyt en 1928 en su libro Consumption of Wealth: «Una alemana se trasladó a un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra y, al cabo de tres años, todas las amas de casa de la localidad hacían pfeffernusse por Navidad».
Si está buscando inspiración para hornear alguna delicia en estas fechas navideñas y le gusta el jengibre, seguro que se deleita con las pfeffernusse. Lo mejor de todo: son muy fáciles de conservar e incluso resultan más sabrosas unos días después de hacerlas.
