08.12.2015

Píxel – Palabra del día

Así es, hoy vamos a hablar de tecnología. Pero no del carísimo modelo Chromebook de Google, sino acerca de lo que vemos. Habitualmente, la palabra de hoy designa algo que, al comprar un dispositivo electrónico, se define mediante números (tales como 720, 1.080, 4 K, etc.). Y, tanto si conoce sus diferencias como si no, estos marcan la diferencia de precio. A menudo, se trata de una de esas palabras «frikis» que solemos emplear sin tener ni idea de qué significan realmente, así que, en lugar de dejar que los números nos confundan, procederemos a examinar qué esconden los píxeles.

Como cabe esperar, el término píxel no procede del latín ni del griego, sino del inglés pixel, que es un acrónimo de las palabras picture element (elemento de imagen). Está formado por la unión de la primera sílaba de picture (retrato, imagen) —en su forma abreviada del plural pics (pix)— y la primera sílaba de element (elemento). Como el propio término sugiere, un píxel es el elemento individual más pequeño de una imagen. Por ejemplo, al ampliar una imagen en la pantalla de un ordenador hasta que empieza a distorsionarse, cada uno de los cuadraditos individuales que se pueden ver es un píxel. O, si se aumenta la pantalla de un televisor, los píxeles aparecerán a modo de líneas rojas, azules y verdes (y, según la televisión, amarillas) dentro de un patrón de cuadrícula general.

Por supuesto, cuanto mayor sea el número de píxeles, mejor, más nítida y más realista será la imagen. Teniendo en cuenta que los consumidores están cada vez más al corriente de las nuevas tecnologías y la aceleración del cambio tecnológico, la importancia de los píxeles (en especial, de su número) se incrementa. De nuevo, por ejemplo, simplemente echando la vista atrás a la última década hemos sido testigos de cómo los televisores de definición mejorada (con 480 píxeles) daban paso a pantallas con tamaños de píxel cada vez mayores, que van desde los 720 hasta los 1.080 o incluso los 4.096 píxeles (4 K). Se prevé que la producción de unidades con esta última resolución —el nivel superior— aumente en un 500 % de 2014 a 2015. No obstante, independientemente del número de píxeles, sigue mereciendo la pena investigar un poco para averiguar cuál es el tamaño que mejor se ajusta a nuestras necesidades personales.

Puesto que nuestra palabra de hoy pertenece a la jerga tecnológica, su origen es difícil de rastrear. La mayor parte de los usuarios iniciales (como Frederic Billingsley, la primera persona que la utilizó en una publicación en 1965 para describir los elementos de imagen de diversos vídeos de sondas espaciales) manifestaron que el término sencillamente estaba «en uso en aquella época» (allá por 1963). Empleando esta palabra con una mayor comprensión técnica en 1977, la revista New Yorker escribió: «El panel [publicitario] está dividido en dos mil cuarenta y ocho ‘píxeles’, o elementos de imagen formados por bombillas rojas, verdes, azules y blancas; por lo común, solo una o dos de las bombillas de un píxel lanzan destellos en un momento dado». Si avanzamos otra década, hasta 1989, la publicación informática Computer Buyer’s Guide and Handbook (desconocida para ellos por aquel entonces) explicó muy bien por qué la velocidad del movimiento de la imagen es un factor fundamental para los consumidores a la hora de decantarse por una televisión o un monitor: «Presentan bajas velocidades de conmutación… Esto hace que sea difícil encender y apagar los píxeles individuales rápidamente».