29.03.2016

Palabra del día: placa de agar / placa de Petri

Palabra del día: placa de agar/placa de Petri - EVS Translations
Palabra del día: placa de agar/placa de Petri – EVS Translations

Puede que muchos no sepan que los recipientes redondos poco profundos de cristal o plástico usados en los laboratorios para cultivar células, principalmente bacterias, y observar microorganismos se llaman en realidad placas de Petri.

La historia de la placa de Petri es bastante interesante. Los primeros microbiólogos intentaban cultivar microorganismos en muestras (principalmente comida) en las que se habían observado los organismos en primer lugar. Y, por supuesto, ese era el paso lógico, hasta que uno de los pioneros (reconocido posteriormente como el fundador de la bacteriología moderna), el físico alemán Robert Heinrich Herman Koch descubrió que se obtenían mejores resultados, especialmente al tratar con patógenos, al usar extractos de carne (bouillion) y, en particular, caldos a base de suero de carne de vaca fresca.

Pasaron varios años hasta que se reconocieron las desventajas de los medios líquidos y se empezaron a buscar alternativas sólidas.

En 1881, Robert Koch presentó una nueva técnica en el International Medical Congress de Londres, en la que usaba gelatina sobre una pieza plana de cristal, lo que le permitía extender la muestra y observar de forma individual las colonias de bacterias aisladas.

Más tarde ese mismo año, Fannie Hesse, que trabajaba en el laboratorio de Koch, sugirió sustituir la gelatina animal por agar (una sustancia gelatinosa que se obtiene de algunas algas rojas y que se usaba como espesante alimentario en aquella época), como agente fijador eficaz.

Y, naturalmente, las piezas de cristal con agar se empezaron a denominar placas de agar, como aparece en la primera publicación oficial de 1887, cuando la revista Edinburgh medical journal informó sobre las pruebas de laboratorio del bacilo causante de la neumonía: «Sobre las placas de agar, los bacilos de la neumonía forman colonias blancas o grisáceas de aspecto gelatinoso».

Normalmente, el agar se extendía sobre el lateral de una botella plana, a la que se accedía por una estrecha abertura en un extremo, hasta que en 1887, Julius Richard Petri, otro empleado del laboratorio de Koch, se dio cuenta de que colocando una cubierta sobre la placa con la gelatina de agar facilitaría el crecimiento de los cultivos bacterianos. Además, se minimizaría la probabilidad de contaminación por aire o por los humanos y se maximizarían las posibilidades de observación.

Petri modificó la placa y observó un rápido crecimiento de los cultivos: de esta forma nació la placa de Petri y se convirtió en la herramienta principal de todos los microbiólogos modernos y en un término habitual en nuestro vocabulario.

Petri fue a trabajar a un laboratorio de tuberculosis en Alemania y su placa siguió llevando su nombre, hasta que apareció en la publicación Philosophical transactions of the Royal Society of London solo cuatro años después de su invención: «Se introdujeron aguas residuales en una placa de Petri esterilizada y tapada». “

En sentido figurado, la expresión placa de Petri se usa para denominar un entorno en el que se produce un rápido crecimiento o desarrollo, como se observa, por ejemplo, en el artículo de 1993 de The New York times: “«África es la placa de Petri de la civilización».