05.02.2015

Rolls – Palabra del día

Para muchos, la atracción que ejerce el lujo es difícil de resistir. Si bien hay artículos que están de moda en un momento dado, existen determinados artículos de lujo que son atemporales, como las joyas de Cartier, los relojes Rolex o los Rolls-Royce. Fundada en 1904 como una asociación entre Charles Stewart Rolls y Sir Frederick Henry Royce, esta empresa (en modo abreviado) es la que nos aporta la palabra del día de hoy: Rolls.

Para ser un icono del lujo, Rolls ha tenido una historia mucho más turbulenta de lo que cabe esperar. Desde sus inicios, Rolls-Royce fue todo un éxito: en 1906 la empresa fabricó 6.000 unidades de su primer modelo, el 40/50hp, y durante la Primera Guerra Mundial pasó a producir motores de aviones, convirtiéndose en el proveedor de casi la mitad de los aviones aliados. En el período de entreguerras y hasta finales de la década de los sesenta, la empresa continuó su expansión: cruzó el charco para abrir una fábrica en Springfield (Massachusetts) de 1921 a 1931, adquirió la marca de lujo Bentley en 1931 y dedicó gran parte de su negocio a producir una gama variada e innovadora de motores para aviones y otro tipo de maquinaria. Por desgracia, los problemas encontrados durante el desarrollo del motor RB211 de tipo turbofan tuvieron como consecuencia un grave revés financiero que terminó con la nacionalización de Rolls-Royce por parte del gobierno de Heath en 1971. En los años transcurridos desde que el negocio de automóviles se separó en 1973, Rolls-Royce ha vuelto a comprometerse para fabricar algunos de los automóviles de lujo más exclusivos del planeta, algo que el mercado ha aprobado sin lugar a dudas: Rolls acaba de anunciar su quinto año consecutivo con un aumento en las ventas, además de quintuplicar las cifras de ventas de 2009, alcanzando un total de 4.063 vehículos vendidos en 2014.

Mientras parece que Rolls está destinado a alcanzar nuevos máximos en el mercado de los automóviles de lujo, las menciones del término en la lengua inglesa apuntan a su tradición militar, así como a la belleza, estilo y riqueza asociados con el estatus de lujo de la marca. La primera mención de esta palabra se remonta a la historia de la aviación militar: en 1915, Harold Rosher escribió “Tenía un cruce de primera categoría (supuestamente, el canal de la Mancha) y en Bolonia tomé uno de los Rolls”. Más allá de estas primeras referencias, el término Rolls se ha utilizado en numerosas ocasiones por su simbología, por ejemplo, en el libro de Edgar Wallace El doble (1928): “Dick conocía al caballero muy bien por su nombre; de hecho, había reconocido su gran Rolls amarillo aparcado fuera del hotel”; o en la obra de J. B. Morton Lo mejor de Beachcomber (1963): “Tiene un cuerpo Rolls y una mentalidad Balham”. Si bien es cierto que se han empleado multitud de palabras para describir los Rolls, quizás nadie los haya resumido tan sucintamente como James May, presentador del programa sobre coches de la BBC Top Gear, quien, en un episodio de la 16.ª temporada en el que se desplaza a Albania, comentó: “Se está… bien… se está bien en un Rolls-Royce”.