08.09.2015

Salami – Palabra del día

Mientras que hoy en día “comer por el camino” hace referencia a la comida rápida o a comer cualquier cosa que podemos comprar al parar en la gasolinera, en el pasado (p. ej., antes de la era de las autopistas) significaba viajar con alimentos que eran nuestro sustento durante el viaje. Y hay pocos alimentos que definan una comida sabrosa, fácil de transportar y nutritiva tan bien como el salami. Tanto si se planea una saga nórdica, cruzar los Balcanes o simplemente intentar que la comida dure en un clima mediterráneo, el salami ha sido siempre la opción principal para la carne curada.

Nuestra palabra salami procede del italiano salame, que significa “salchicha de cerdo con especias”; sin embargo, ambos términossalami y salchicha tienen la misma raíz latina: sal, que hace referencia al condimento “sal”. A pesar de que no podemos afirmar con ningún grado de certidumbre que lo que hoy consideramos salami se asociara finalmente con el término, la leyenda cuenta que el salami tuvo su origen en una pequeña aldea de pescadores llamada Salamis en Chipre, allá por el 700 a.C. Independientemente de que creamos o no esta leyenda, el salami y sus otros primos europeos, salchichas y carnes curadas, desempeñaron un papel importante a la hora de suministrar los alimentos necesarios para la civilización, colonización y comercio europeos.

Lamentablemente, en algún momento la definición verdadera que hace que el salami sea específicamente salami se volvió difusa hasta el punto que en la actualidad tendemos a confundir el salami con salchichas y otras carnes curadas sin apreciar o entender la diferencia. Aunque los tres llevan sal, la diferencia radica en los métodos de producción. Por ejemplo, en el caso de las carnes curadas, como el jamón y a menudo piezas enteras de carne a las que no se añade sal ni condimentos, las salchichas y el salami implican picar y adobar la carne con grasa, sal y especias. Lo que distingue al salami de las salchichas es que estas últimas por lo general implican algún tipo de proceso culinario, mientras que nuestro término precisa de un proceso de envejecimiento/curado mucho más largo.

El primer uso conocido del término en inglés procede de la obra de Ida Pfeiffer en 1852, Viaje a Islandia, donde escribe de forma bastante simple “¡Pan blanco y salami!” Si nos centramos en el espíritu viajero mencionado previamente, un artículo de 1937 publicado en la revista Time and Tide (Tiempo y mareas) destacaba que “Todo el mundo llevaba una cesta con la comida para el día: vino tinto, bollos alargados de pan, cerezas”. Así pues, siempre que nos encontremos de viaje o pasemos el día en el campo podría ser una buena opción dejar a un lado el mundo de las hamburguesas y las patatas fritas y, tal y como hacían nuestros ancestros, disfrutar del placer intemporal de degustar un poco de Salami.