¿Alguna vez se le ha ocurrido que la música pueda tener color o incluso forma? O al contrario: ¿cómo suena una brillante línea recta sobre un fondo oscuro? ¿Raro, no? Bueno, pues no solo existe este fenómeno, sino que resulta que lleva entre nosotros bastante tiempo.
En la neurología moderna, la sinestesia es la sensación relacionada con un sentido o parte del cuerpo producida por la estimulación de otro sentido o parte del cuerpo. Y esta es únicamente la definición, el primer registro escrito en inglés afirma, del mismo modo que la primera definición de 1891, en The century dictionary: “sinestesia, la producción de una sensación ubicada en un lugar cuando se estimula otro lugar. “
El término proviene del griego: syn significa «junto» y aesthesis, «sensación».
Los filósofos y pensadores se han interesado en este fenómeno desde la Antigüedad, haciéndose preguntas acerca de si el color de la música era medible. Más tarde, Isaac Newton y Goethe («Theory of Color») entre otros, trataron en sus estudios los tonos musicales y del color que compartían las mismas frecuencias.
Se dice que muchos de los artistas más prominentes de nuestro tiempo sentían la sinestesia y experimentaron con ella de diferentes formas multisensoriales. En realidad, ha sido una gran fuente de inspiración para pintores, escritores, compositores y artistas digitales. Nabokov, Kandinsky, Scriabin, Duke Ellington, Nikola Tesla, David Hockney, Pharrell Williams, Charles Baudelaire y Arthur Rimbaud, por nombrar unos pocos, utilizaron la sinestesia en sus obras. Por ejemplo, Kandinsky combinó cuatro sentidos: color, oído, tacto y olfato.
Aparte de su carácter experimental y abstracto en las investigaciones artísticas, la sinestesia también tiene un uso práctico. Una de sus curiosas aplicaciones es la reducción intencional del dolor que se logra mediante un programa de realidad virtual. Básicamente, mediante la sinestesia la atención del paciente que se está sometiendo al tratamiento se desvía del dolor hacia un escenario de realidad virtual sin dolor.
La sinestesia es involuntaria y la mayoría de las personas la notan en la infancia. Estas personas describen la experiencia como neutra y agradable. Las tres formas más habituales son la sinestesia grafema-color, donde los grafemas (grupos de letras y números) se observan en colores; la cromestesia, donde los sonidos se asocian con colores; y la sinestesia de secuencia espacial, donde las secuencias numéricas se ven como puntos en el espacio, más cercanos y más lejanos.
Uno de los tipos más raros es la léxico-gustativa, que describe la relación entre los sonidos del habla y las experiencias sensoriales que representan, donde los individuos experimentan diferentes tipos de sabores al escuchar determinado término, por ejemplo, la palabra Brexit puede saber a limón.
