02.09.2014

Sol naciente – Palabra del día

El término Sol naciente apareció por primera vez en inglés en 1983 cuando C.W. King y G. T. Lay hablaron sobre las personas del Sol naciente en su libro «Claims of Japan & Malaysia upon Christendom».

¿Pero por qué utilizaron este término? ¿Cuál es la conexión entre Japón y el sol?

El primer pensamiento puede ser la bandera de Japón con su sol rojo sobre un fondo blando; es simple pero al mismo tiempo muy controvertido. El motivo del sol ha existido durante toda la historia japonesa y uno de los primeros registros fue en la corte del emperador Monmu en el año 701. No obstante, debido al uso de este motivo en la Armada Imperial Japonesa durante la Restauración Meiji, se convirtió en sinónimo de orgullo nacional y devoción del emperador y, posteriormente, debido a la agresión y el imperialismo durante la segunda guerra sino-japonesa. Cuando se adoptó el motivo como la bandera nacional de Japón en 1999, China y Corea del Sur, ambas ocupadas anteriormente por el Imperio de Japón, sintieron que indicaba el paso de Japón hacia la remilitarización. A pesar de esta historia sobre el motivo del sol, todavía no explica la conexión de Japón con el sol.

Quizá se pueda explicar mediante los dos caracteres de la palabra Nippon (Japón en japonés) que se traduce como «origen del sol» – 日本. Responde en parte a la pregunta, pero en realidad debemos irnos hasta la antigua mitología japonesa y a una diosa llamada Amateresu – diosa del sol y del universo. Su nombre proviene de Amateru que significa brillando en el cielo y se solía creer que los emperadores de Japón eran sus descendientes directos. Los emperadores Meiji y Taisho reinaron como seres divinos con forma humana, pero durante la rendición de Japón al final de la Segunda Guerra Mundial, el emperador Hirohito proclamó públicamente que él no era divino y que no había que adorarlo como tal. Este simple término «Sol naciente» tiene una historia que nos lleva desde la mitología antigua de Japón hasta su historia moderna, desde los días de gloria hasta los días de desesperación nacional y no hay muchas otras banderas que puedan ser tan emotivas. Independientemente de si estas emociones son positivas o negativas, no se puede negar que la historia de este término es fascinante.