26.02.2015

Tatami – Palabra del día

El tatami es el suelo tradicional que encontramos en muchos hogares, restaurantes y ryokan japoneses (véase la entrada del blog: ryokan). Se trata de un tapiz de aglomerado o de espuma de poliestireno recubierto por una suave estera de junquillo. El tamaño de este tipo de esterilla depende de la región: en Tokio, un tatami estándar mide 0,88 x 1,76 m. Por este motivo, en Japón las habitaciones de las casas en venta o en alquiler siempre se describen indicando el número de tatamis que pueden tenderse en el suelo de la estancia.

El término tatami se puede encontrar por primera vez en la lengua inglesa en el diario de Richard Cocks, jefe de la Compañía Británica de las Indias Orientales hasta su cierre en 1622. En sus diarios, publicados en 1883 bajo el título Diary of Richard Cocks, Cape Merchant in the English Factor In Japan, 1615-1622 (Diario de Richard Cocks, cabo en la fábrica inglesa de Japón, 1615-1622), describe la sociedad y cultura japonesas, así como las actividades de los comerciantes británicos. En la entrada del 23 de enero de 1616, Cocks registra una lista de gastos que incluye “20 tatamis para la casa de Matingas”.

En los hogares japoneses los tatamis han sido algo habitual desde finales del siglo XVII, aunque hoy en día la tarima flotante de madera típica de occidente ha ido ganando popularidad, por lo que ahora las casas y apartamentos suelen contar con sólo una o dos habitaciones cubiertas con tatamis. Estos cuartos tradicionales con el suelo de tatami se conocen como washitsu (literalmente, “habitación al estilo japonés”) y normalmente cuentan con una decoración muy sencilla.

El olor del tatami resulta muy reconfortante: si alguien se encuentra con este aroma fuera de Japón, inevitablemente le evocará recuerdos orientales. Algo así como el olor de la hierba recién cortada en un día de verano. A pesar de que su principal material es la paja, el tatami es relativamente suave al tacto y su tonalidad amarilla y natural aporta calidez a cualquier estancia: una sensación acogedora con toque asiático. No cabe duda de que merece la pena pasar una noche en un ryokan tradicional de Japón y vivir la experiencia de dormir en una habitación de tatami; aunque no debe olvidarse de quitarse las zapatillas… sí, los zapatos están absolutamente prohibidos en las casas japonesas pero, en los apreciados tatamis, ¡hay que quitarse hasta las zapatillas de casa!