23.04.2015

Tulipán – Palabra del día

Originariamente los tulipanes eran flores silvestres que crecían en Asia Central y fueron cultivadas por primera vez por la población turca hacia el año 1000 a. C. Los turcos llamaban a la flor tulband o tulipant, que era el modo vulgar de pronunciar el término persa dulband (turbante). El nombre de la flor se debe, bien a su parecido a un turbante, bien porque su suavidad recordaba a la muselina, a la que en turco otomano llamaban tülbend, palabra derivada del persa turban.

Irónicamente, hoy en día esta flor es conocida en Turquía por su nombre persa laleh. La palabra laleh contiene en árabe las mismas letras que la palabra Alá, por lo que la flor se considera un símbolo sagrado.

Pero entonces, ¿cómo llegó el tulipán a Europa? Se cree que los primeros bulbos y semillas de tulipán fueron enviaron desde el Imperio otomano a Viena en 1554 por parte de Ogier de Busbecq, embajador de Fernando I del Sacro Imperio Romano Germánico, al sultán de Turquía.

Por lo que no sorprende que la primera mención a esta flor por parte de un europeo occidental sea del propio Busbecq en ese mismo año.

Solo 7 años después, los austríacos dieron con las condiciones idóneas para el cultivo de esta flor y fue el naturalista suizo Konrad Gesner quien describió su proceso de cultivo. Durante los 15 años siguientes, el tulipán se introdujo con éxito en Inglaterra. Así lo describió Richard Hakluyt en 1582 en su libro The principal Navigations, Voyages, and Discoveries of the English nation (Los principales viajes, navegaciones y descubrimientos de la nación inglesa): «En estos cuatro años, se ha introducido en Inglaterra desde Viena este tipo de flor llamado tulipa».

La grafía tulipa se mantuvo en inglés hasta aproximadamente 1630, tal y como John Parkinson confirma en su novela de 1629: «En inglés las llamamos “gorros turcos”, o más comúnmente tulipa». La primera cita con la grafía inglesa moderna fue en The Herbal, 1633: «El tulip rojo sangre con un fondo amarillo».

Los tulipanes también se introdujeron en Holanda en el siglo XVI, aunque no se hicieron realmente populares hasta que el botánico holandés Carolus Clusius escribió el primer gran libro sobre tulipanes en el año 1592. Cuenta la historia que, la flor despertó tal interés, que a menudo le robaban los bulbos de tulipán de su propio jardín. Este primer boom solo fue el comienzo de lo que conoce como la tulipomanía holandesa. La tulipomanía alcanzó su punto máximo en 1637, momento en que el nivel de algunos contratos de tulipanes era 20 veces el nivel de los contratos tres meses antes. Un ejemplo de esta locura es el precio de un bulbo de Semper Augustus, un tipo de tulipán poco común, que llegó a costar lo mismo que una casa de lujo en Ámsterdam. Fue la primera burbuja económica que se conoce y estalló tan solo unos meses después.

Hoy en día existen muchos acontecimientos alrededor de los tulipanes en todo el mundo, siendo el más popular el jardín holandés Keukenhof, que hasta el 17 de mayo exhibe mosaicos de tulipanes inspirados en las obras de Van Gogh.

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