10.12.2015

Yogui – Palabra del día

Todos estamos familiarizados con el término yoga, por no mencionar que ya explicamos su origen y etimología en una palabra del día publicada hace algún tiempo como una tradición basada en la meditación que se remonta siglos atrás y que se hizo famosa en la lengua inglesa gracias al libro Treatise on Yoga Philosophy (Tratado sobre la filosofía del yoga), publicado en Londres en 1851.

Ahora, muchos de nosotros nos preguntamos por qué la industria publicitaria parece estar enamorada del término yogui, ya que continuamente nos bombardea con esterillas o tés yoguis. Especialmente en los dos últimos años, con el auge de los pantalones yoguis, los cuales se han convertido en una prenda de moda no solo en gimnasios o clases de yoga.

¿Son estos elementos yoguis un mero producto de marketing? ¡Claro que no! De hecho, un yogui es simplemente una persona que practica yoga. El término procede del sánscrito y hace referencia a los ascetas (exclusivamente varones) que practicaban la meditación en numerosas religiones de la India. Las mujeres practicantes eran conocidas como yogini, la misma palabra que se empleaba para las diosas y madres divinas.

En la cultura del yoga, a Shiva no se le adora por ser un dios, sino por ser el primer yogui (el Adiyogi). La leyenda cuenta que un grupo de personas presenciaron unas reveladoras prácticas de Shiva que consistían en momentos de baile salvaje seguidos de episodios de clama absoluta. Siete de los testigos expresaron su deseo de aprender del Maestro pero fueron rechazados argumentando: «Necios. Tal y como sois, no aprenderéis ni en un millón de años. Para esto se requiere una preparación inmensa…». Así que empezaron a prepararse. Ochenta y cuatro años después, el día de la luna llena de Dakshinayana, parece que Shiva por fin se percató de sus seguidores y pasados 28 días, con la siguiente luna llena, se transformó en el primer gurú (el Adiguru o Gurú Purnima) al comenzar a impartir conocimientos entre sus seguidores. Después de muchos años, una vez transmitidos todos sus conocimientos, creó a los siete Saptarishis (del sánscrito, los «siete sabios»).

Shiva legó diferentes aspectos del yoga a cada uno de estos siete yoguis y les envió a siete territorios del mundo para que difundieran su mensaje de iluminación, según el cual los seres humanos pueden desarrollarse más allá de sus limitaciones actuales.

Uno de los primeros escritos que presentan a los yoguis fuera del hinduismo procede de las crónicas de Alejandro Magno del siglo IV a. C., donde se describe a los yoguis indios en actitud distante practicando «diferentes posturas (de pie, sentados o tumbados, desnudos) y sin moverse».

Esta práctica del yoga sin ropa es común entre los sadhus (del sánscrito, «hombre bueno, hombre sagrado») y los naga sadhus. A estas personas con la costumbre de practicar yoga desnudas también se les conocía como gimnosofistas (filósofos desnudos) según los antiguos escritos griegos.

A tenor de estas mismas fuentes, Samuel Purchas fue el primer escritor inglés que escribió sobre las prácticas de los yoguis en su obra de 1619 Microcosmus, o las historias del hombre, si bien de manera no muy favorecedora: «Los gimnosofistas indios […] violentando a la Naturaleza con su desnudez y sus sutilezas estrictamente absurdas, en las que les siguen hasta el día de hoy los bramenes, los yoguis y otros».

Ahora que sabe más sobre el tema… tómese una taza de té yogui y practique unos ejercicios sobre la esterilla yogui para lograr su dosis diaria de energía espiritual y física.