12.02.2015

Bœuf bourguignon – Palabra del día

Muchas lenguas (y, en especial, la inglesa) son una amalgama de diversos idiomas que se han ido cocinando a fuego lento, condimentándose para satisfacer los diferentes paladares, si bien cabe apuntar que hay un ámbito de la lengua poco proclive a los cambios: el gastronómico. Al mismo tiempo, para un gran número de personas, un halo de misterio sigue rodeando algunas de las expresiones culinarias. Y es que, en el caso de la cocina occidental, la mayoría de términos son en francés. Hoy vamos a analizar una de las expresiones culinarias más sabrosas: el bœuf bourguignon.

El bœuf bourguignon, que literalmente puede significar “buey a la borgoñona”, consiste en un estofado de buey cocinado en vino tinto de Borgoña y caldo, con especias, champiñones y verduras (como patatas, zanahorias , cebollas, etc.). Sin embargo, más allá del plato en sí, el bœuf bourguignon fundamentalmente cuenta la historia del alza mundial de la cocina tradicional francesa. Mucho tiempo antes de que esta palabra empezara a utilizarse en Francia allá por el año 1866, el plato se consideraba un simple estofado de origen rural a partir de carne cocida en vino y caldo a fuego lento. Durante el medio siglo que la palabra tardó en llegar a la lengua inglesa, este plato recibió una gran atención tanto en Francia como en el extranjero, convirtiéndose en el ejemplo típico de la cocina francesa (junto con otros como el coq au vin, el escargot, etc.). Finalmente, consolidó su posición en la élite gastronómica gracias a su inclusión en La guía culinaria del reconocido chef Auguste Escoffier (al frente de la cocina de prestigiosos hoteles como el Savoy o el Ritz-Carlton), publicada en 1903.

El término no tardó en abrirse camino en la lengua inglesa. Sólo 12 años después de la publicación de la guía de Escoffier, esta palabra apareció en el número de septiembre de 1915 de la revista The Century Illustrated Monthly Magazine, donde el autor describe una comida de este modo: “Nos sentamos ante una sopa sustanciosa y unas raciones para trabajadores de bœuf bourguignon“.

En 1944, el crítico gastronómico y cronista de la elite social Iles Brody describe la riqueza de este plato en el libro de cocina On The Tip of My Tongue (En la punta de mi lengua): “¿Quién quiere beber agua para bajar las ostras? ¿…o el bœuf bourguignonne?”.

Aunque seguramente sea la referencia más habitual la que ofrece la mejor sugerencia. La encontramos en la obra de Michael Kenyon Y que tus restos reposen en Irlanda (1965): “Le habría gustado tener a alguien que le cocinara bœuf bourguignon todas las noches”.

Teniendo en cuenta que nos encontramos en medio de un frío invierno, este podría ser un buen momento para entrar en calor con un buen plato humeante de este clásico.