04.12.2014

Globo – Palabra del día

Hace poco, el mundo ha conmemorado el 25 aniversario de la caída del Telón de Acero con una instalación artística visual de 7000 globos que iluminaban el trazado del Muro de Berlín, el último símbolo de la Guerra Fría. La culminación fue la liberación de los globos hacia el cielo. Mientras Berlín se llenaba de millones de personas para celebrar la reunificación del Este y el Oeste, algunos solo pensaban en conseguir mercancía o algo de recuerdo. Como resultado, se robaron 1500 postes de globos y apareció una oferta en Ebay en la que se vendía uno por la increíble cantidad de 7999 euros. Hay trozos del muro de Berlín esparcidos por todo el mundo y ahora la instalación de los globos va a seguir el mismo camino.

Pero, ¿qué puede simbolizar mejor el deseo de libertad, cambio y esperanza que un globo blanco? Después de todo, la historia de Alemania está llena de globos como símbolos de cambio. Como la canción 99 Balloons de Nena en 1983 que inspiraba las protestas antinucleares en todo el mundo.

La historia de los globos comenzó alrededor de 1550. En Francia, la gente jugaba con grandes balones inflados y gracias a los matrimonios reales, se llevaron hasta Italia. A finales de siglo, el término ya formaba parte del vocabulario inglés; John Florio tradujo el significado de la palabra italiana en su obra maestra A World of Words (Un mundo de palabras) como «…una gran bola, un globo».

Los primeros globos aerostáticos, alimentados con fuego, aparecieron en Inglaterra a mediados del siglo XVIII. Y los globos de goma inflados con gas, como los conocemos hoy en día, fueron inventados por Faraday en 1824 y «el paso de globos de fuego a globos llenos de gas… es sencillo y obvio», tal y como escribió el científico británico Dionysius Lardner en 1831.

Los globos no estaban pensados para las fiestas, sino que tenían una función militar, desde la trágica fama del Zeppelin hasta la barrera de globos que se dispuso en Londres en un intento por obstruir los ataques aéreos durante la Batalla de Inglaterra.

Hoy en día, 69 años después de la Segunda Guerra Mundial y 25 años tras la Guerra Fría, resulta difícil imaginar la falta de color que tendría la vida sin globos y cómo serían las celebraciones sin ellos. Regale un globo a unos niños y disfrutarán enormemente jugando juntos independientemente de su origen. Los globos pueden hacer que el mundo sea mejor, un lugar más unido.