17.12.2015

Glögg / Glogg – Palabra del día

Glögg / Glogg – Palabra del día
Glögg / Glogg – Palabra del día

El vino caliente con especias ya era conocido por los europeos del medievo y se festejaba en torno al mismo al menos 300 años a.C., tal y como datan los primeros registros sobre el vino especiado durante el Imperio Romano. Y, como no podía ser de otro modo, las legiones romanas introdujeron el vino especiado a lo largo y ancho de Europa.

Sin embargo, se cree que el auténtico predecesor del vino caliente con especias se remonta tan solo en torno al año 1500, a un vino especiado conocido como Hippocras, nombrado así por Hipócrates y al que se le atribuían poderes curativos para las lesiones musculares.

Allá por el siglo XVII, una variante alemana del vino especiado (Glühwein) hecho con vino, azúcar, miel, canela, jengibre, cardamomo y clavo era bastante popular en Europa y, según cuenta la historia, el rey sueco Gustavo I Vasa, gran aficionado a este elixir germano, acuño el nombre sueco glödgat vin, que se traduce literalmente como “vino caliente especiado“, a partir de glödga (calentar con especias), y de vin (vino).

 El nombre glögg, en su forma abreviada, no aparece por primera vez escrito hasta 1870.

Durante las décadas siguientes su popularidad se extendió por Europa y en la década de 1890 pasó a formar parte de la tradición navideña, entre otras formas, como poción curativa que se recetaba para multitud de dolencias.

Es la bebida perfecta cuando hace frío para el après ski y para la temporada de vacaciones de invierno, puesto que calienta el cuerpo y el alma al mismo tiempo.

Una receta original que se remonta a 1898 describe el glögg como una bebida elaborada con sedimentos de los barriles de vino de Oporto, vino tinto con cuerpo, coñac, jerez, azúcar canela, cardamomo, almendras, pasas y vainas de vainilla.

En la actualidad, el glögg se elabora en una multitud de sabores e intensidades alcohólicas, siendo el vino tinto el ingrediente base más común (oporto o clarete) y variantes a base de vino blanco, coñac, vodka… e incluso con bebidas sin alcohol y a menudo con nuez moscada, anís, peladura de naranja, jengibre e incluso añadiendo almendras escaldadas a los ingredientes originales. Cada cual puede mezclar sus ingredientes favoritos, sin olvidar que el cardamomo es una especia obligatoria.

El lector británico no llegó a leer sobre el vino caliente con especias sueco hasta 1927, en un libro titulado Suecia: “Ponche sueco o punsch como si fuera café y una bebida caliente deliciosa denominada glögg que se bebe casi con tanto deleite como el clarete caliente con especias por el que la mesa del St. John’s College en Oxford se ha hecho tan famosa. ”

El glögg se sirve habitualmente caliente en una taza y después de cenar. En Suecia normalmente se acompaña con galletas de jengibre o de cítricos con pasas y almendras para completar el lote. En Noruega se toma con pudin de arroz, conocido como Risgrøt y en Dinamarca, con tortitas esponjosas, Æbleskiver, espolvoreadas con azúcar.

Las fiestas con glögg habitualmente forman parte de las actividades invernales de todos los países escandinavos y cualquier Juleborg (banquete de navidad) que se precie no sería lo mismo sin él.