15.03.2016

Neón – Palabra del día

El neón, junto con los gases xenón y criptón, fue descubierto el año 1898 por los químicos británicos sir William Ramsay y Morris Travers. Ramsay enfrió una muestra de aire hasta que se volvió líquida para, a continuación, calentarla y capturar los gases emitidos durante su ebullición.

La primera vez que el nombre del gas apareció escrito fue en la revista científica Proceedings of the Royal Society en 1898, justo después de su descubrimiento: «A continuación, se determinó la densidad de este gas, para el cual proponemos [sir William Ramsay y Morris Travers] el nombre de “neón” (nuevo)».
El hijo de Ramsay propuso el nombre del gas recién descubierto a partir del término griego neos, que significa «nuevo».

El neón es el segundo gas noble más ligero, después del helio, y el quinto elemento químico más abundante en el universo, después del hidrógeno, helio, oxígeno y carbono.

A pesar de que el neón es un elemento muy común en el universo y juega un papel significativo en el proceso de nucleogénesis cósmica, es muy poco habitual en la Tierra debido a su ligereza; además de que el calor del Sol supusiese el escape de nuestra atmósfera en el período del sistema solar temprano.

El uso de la luz fluorescente está muy extendido en la publicidad urbana e incluso se ha hecho un hueco en las instalaciones de arte gracias a sus atractivos tonos brillantes. Estos rótulos se conocen como «letreros de neón» en la cultura popular, cuando en realidad únicamente los tubos de color rojizo contienen este elemento químico. Los demás colores se generan a partir de otros gases nobles.

Una de las primeras referencias a la industria de la publicidad en neón fue en 1934 en la publicación Neon: a handbook for electrical engineers, neon manufacturers, sign salesmen and advertisers: «Aunque puede que el cliente quiera su nombre en neón y enmarcado, es responsabilidad del técnico en letreros darle el acabado».

Otro uso común del neón son las lámparas de neón, las cuales son realmente pequeñas y funcionan a baja tensión. Estas son las precursoras de las pantallas y televisiones de plasma.

A menudo, la palabra «neón» se utiliza para designar la hostilidad y frialdad social de las urbes salvajes. Habitualmente, las vallas publicitarias luminosas y los letreros de neón de las marcas más caras se asocian a personas pobres y solitarias que deambulan por las iluminadas calles de una gran ciudad. En 1947, el novelista estadounidense Nelson Algren publicó The neon wilderness, acuñando este término para describir la falta de hospitalidad y el ambiente peligroso de la vida urbana.