La palabra de hoy se deriva del verbo refinar, que significa «hacer fino o delicado algo». El sufijo -ería se usa para describir un lugar específico. Por tanto, la palabra refinería significa simplemente «lugar para procesar materiales con el fin de convertirlos en bienes específicos».
Desde luego, la acepción más común de refinería está específicamente relacionada con la industria del petróleo y gas, aunque este término puede aplicarse a cualquier cosa que se refine, desde el metal hasta el azúcar, entre otros.
De hecho, la primera vez que esta palabra fue mencionada fue en la publicación contable The Present State of Great Britain de John Chamberlayne en 1716, en la que la frase «dos personas autorizadas para cobrar en las refinerías», en realidad se refiere a la refinación de sal y antecede en casi 150 años a la primera vez que se mencionó la refinación de petróleo. Durante ese periodo, la palabra refinería estuvo principalmente asociada a hornos para refinar metales, en particular el hierro, la plata y el oro.
La industria de refinación de petróleo en los Estados Unidos tuvo sus inicios en 1853, cuando Samuel Kier, inventor y empresario, estableció la primera refinería en Pittsburgh.
Por otro lado, la primera refinería de petróleo en Europa la abrió un año después el inventor y químico farmacéutico polaco Ignacy Łukasiewicz.
El uso de la frase refinación de petróleo apareció por primera vez en la edición de setiembre de 1860 de la revista Scientific American: «Nuestro corresponsal obtendrá información respecto al precio de los aparatos de refinación de petróleo».
Tan solo dos décadas después refinería de petróleo se convertiría en uno de los lugares de trabajo convencionales en el país, tal como lo registró el American Almanac en 1881: «Ocupaciones de los pobladores de los Estados Unidos… Operarios de las refinerías de petróleo.»
Aunque las refinerías de petróleo y gas podrían haberse asociado posteriormente a la palabra, esto ha quedado más que compensado debido a su uso. Por supuesto, todos sabemos que los diversos combustibles y productos automotrices que usamos son derivados de la refinación de petróleo, sin embargo, no son los únicos productos que se obtienen en las refinerías. Por ejemplo, de un barril de petróleo típico también se obtiene combustible para calefacción, combustible de aviación, gas licuado de petróleo, base de asfalto, queroseno, propano, etc.
Además de producir otros productos que necesitamos y usamos a diario, las refinerías de energía se han vuelto más eficientes: si echamos un vistazo a los datos entre 1982 y 2014, veremos que a pesar de que más de la mitad de las refinerías de los Estados Unidos ha cerrado, la capacidad de refinación se ha incrementado.
