24.04.2014

Palabra del día: Simulacro de incendio

Ensayar cómo evacuar un edificio en caso de incendio para asegurarse de cuáles son los procedimientos a seguir y cómo mejorarlos en caso necesario. Esta práctica parece estar motivada por dos desastres. El primero de ellos es el incendio del teatro Iroquois de Chicago en 1903, en el que fallecieron más de 600 personas, pese a haberse anunciado como un edificio “totalmente a prueba de incendios”.

Contaba con 25 salidas y se aseguraba que podía evacuarse en 5 minutos. Sin embargo, no había alarmas de incendios, los asientos eran de madera y tenían un relleno de cáñamo muy inflamable, y en el teatro, cuyo aforo era de 1.700 espectadores, se congregaron 2.000 personas. El segundo es el de la escuela infantil Lake View School, en Collinwood (Ohio), donde hubo que lamentar 175 muertes, entre ellas 172 niños, 2 profesores y una persona que intentó ayudar. Las causas fueron muchas: escaleras de incendios insuficientes, falta de inspecciones por parte del cuerpo de bomberos, ausencia de puertas cortafuegos, falta de instrucciones de evacuación claras, la estructura de madera del edificio, el pánico. En 1908 el rotativo de Hillsboro The News Herald informa sobre el incendio y menciona que sólo se había utilizado la puerta principal durante los “simulacros de incendio”, el último de los cuales se había realizado apenas un mes antes. Así, tanto la palabra como el concepto ya existían en aquel entonces. Sería a partir de ese momento que la prevención de incendios pasaría a ser un tema muy serio en Estados Unidos y se introducirían simulacros de incendios, equipos más sofisticados, mejores coches de bomberos y sistemas aspersores. Hoy en día 22 estados exigen la realización de simulacros de incendios en los centros escolares una vez al mes, mientras que la normativa nacional establece que estos se hagan como mínimo una vez al año.

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