01.04.2015

Ingredientes para una traducción de calidad

Únase a esta serie de tres partes que se centra en el trabajo de los traductores. Veremos qué supone el trabajo de traducir de un idioma de origen a un idioma de destino y tendremos en cuenta la siguiente pregunta: «¿Qué condiciona un resultado de calidad?»

Lea estos artículos para conocer mejor el trabajo de traducción y comprender qué supone producir una traducción de calidad.

Parte I Ingredientes para una traducción de calidad: aptitudes lingüísticas

Parte II Ingredientes para una traducción de calidad: las habilidades de trabajo del traductor

Parte III Ingredientes para una traducción de calidad: el entorno de trabajo interno

 

 

Parte I Ingredientes para una traducción de calidad: aptitudes lingüísticas

Las historias sobre la guerra de precios entre supermercados no son nada nuevo. Parece que todas las semanas hay un gran supermercado «tirando los precios de la competencia». Algunas tiendas intentan convencerle de que cuando compra en tiendas con mayores precios, está pagando por el nombre de la marca. Pero, ¿alguna vez ha comparado los ingredientes de una salsa de tomate de alguna marca famosa con la versión barata del supermercado? La primera contiene un 80 % de tomate con un poco de especias y vinagre, y la versión barata contiene un 5 % de tomate con una gran cantidad de aditivos para crear el sabor del tomate. La industria de la traducción funciona como la salsa de tomate: hay diferentes calidades y motivos para explicar los diferentes precios.

Los consumidores de traducciones suelen subestimar el nivel de habilidad necesario para crear una traducción de calidad y las tendencias actuales de lograr traducciones baratas mediante estrategias como el micromecenazgo pueden debilitar los estándares profesionales. Sin embargo, es importante comprender que la base de una traducción de calidad es un traductor profesional. No puedes pagar por un 5 % de tomate y obtener un 80 %.

Pero, ¿qué es lo que significa un «traductor profesional»? Puede que los criterios se puedan dividir en dos ámbitos: las aptitudes lingüísticas y las habilidades de trabajo del traductor. En la parte I, veremos las aptitudes lingüísticas.

En EVS Translations, la clave de una traducción perfecta es la calidad de sus ingredientes, por lo que es esencial invertir en buenos lingüistas. Pero en el caso de la traducción, el término «buen lingüista» no se puede definir únicamente por las calificaciones en un idioma, ya que estas no prueban la capacidad de traducción. No se puede suponer que, por ejemplo, un graduado universitario en idiomas pueda traducir un manual técnico de 10 000 palabras del italiano solo porque sepa hablar ese idioma.

La capacidad para leer un texto en un idioma extranjero y transferir esa información a un idioma de destino tarda tiempo en desarrollarse. Los idiomas de origen y de destino tienen diferentes estructuras y contienen referencias o conceptos culturales que no tienen sentido en el idioma de destino. Para los traductores no experimentados, es todo un reto producir una traducción que resulte natural para la audiencia de destino. Un problema habitual entre los «traductores noveles» es redactar de forma demasiado fiel al texto origen, lo que resulta extraño de leer en la lengua de destino y eso es básicamente lo que nadie desea para su sitio web, informe anual o acuerdo legal.

No obstante, la habilidad para transferir información de forma eficaz de un idioma de origen a un idioma de destino no es lo único que se necesita. El problema principal de los traductores en ciernes es aprender a aplicar correctamente sus aptitudes lingüísticas en una situación de trabajo real.

Parte II – La siguiente parte trata sobre las habilidades de trabajo de los traductores y los criterios relacionados con la competencia profesional según la normativa EN 15038:2006 de la industria.