14.01.2016

La Marsellesa – Palabra del día

Por definición, los himnos nacionales se idean con la intención de unir a la población mediante un punto de unión en el que los ciudadanos pueden compartir determinados ideales. Sin embargo, tal y como hemos visto recientemente en eventos deportivos de todo el mundo como resultado de los ataques terroristas en París, el himno francés, La Marseillaise, ha pasado de ser un mero himno nacional para transformarse en una muestra de solidaridad con Francia. Aunque muchas personan puedan observar la conocida música del himno y algunos no francófonos incluso conozcan la letra, hay una dilatada historia tras La Marseillaise que a menudo se pasa por alto.

Titulada originalmente “Chant de guerre pour l’Armée du Rhin” (“Canto de guerra para el ejército del Rin”), el himno fue compuesto en 1792 por Claude Joseph Rouget de Lisle. A diferencia de muchos himnos modernos, La Marseillaise fue creada no solo como un himno de libertad y revolución (la revolución francesa había comenzado tan solo 3 años antes), sino que también significaba una llamada popular a las armas dirigida al pueblo francés al estallar la Guerra de la Primera Coalición. El “Canto de guerra” pasó a ser conocido popularmente como La Marseillaise debido a su adopción inicial como canción de desfile por parte de las unidades voluntarias de la Guardia Nacional procedentes de Marsella cuando entraron en París al comienzo de la Guerra.

La Marsellesa – Historia

Aunque nunca se ha cuestionado su uso como himno revolucionario, sí se ha cuestionado su uso como himno francés. La repentina y amplia popularidad hizo que la Convención Nacional Francesa lo adoptara como himno de la Primera República (y el primero de Francia) en 1795, aunque este estatus no duró mucho tiempo. La Marseillaise dejó de ser el himno nacional francés con Napoleón (probablemente debido a su tono revolucionario) poco después de una década, fue prohibido durante la restauración de la monarquía y fue sustituido durante el reinado de Napoleón III. Tras la muerte de Napoleón III en 1870, el himno fue rápidamente adoptado por el movimiento insurrecto la Comuna de París y, aunque dicha comuna no duró mucho, la reintroducción de La Marseillaise en la corriente principal de conciencia nacional dio como resultado que fuera restituido permanentemente como himno nacional francés en 1879.

Teniendo en cuenta el tiempo que tardan las palabras que analizamos en cruzar el Canal del francés al inglés, La Marseillaise increíblemente solo tardó dos años y fue mencionada por primera vez en The Times en septiembre de 1794: “Todo para concluir con un solo en el escenario de madera y el himno marsellés favorito, a golpe de huesos y cuchillos de carnicero.” Apenas tres décadas más tarde, el poema de Sir Thomas Moore, Copy of an Intercepted Dispatch (Copia de un mensaje interceptado), muestra la relevancia del himno entre los republicanos franceses, donde declara: “Si el himno marsellés pudiera dirigir a un público tal, aunque lo gritara una panda de sans culottes“. Mientras que la mayoría de los franceses y aquellos que expresan solidaridad con Francia ya no la cantan con la mente puesta en la revolución, los ideales imperecederos que se expresan con este himno, principalmente la libertad frente al miedo y la tiranía, no solo van dirigidos directamente a nosotros, sino que además demuestran que, independientemente del momento y de la prohibición, este himno todavía merece ser respetado y apreciado.

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